Teléfono de contacto 968 215957 / 605250863

jueves, 21 de julio de 2011

REPINTES Y REPINTONES

Casi al unísono nos entran dos obras en el taller que, aunque nada tienen que ver entre si, comparten una patología: el repinte.
La primera es un pequeño lienzo, San José con Niño, una pintura de carácter popular que podemos datar entre los siglos XVII y XVIII. De primera impresión observamos unos repintes, producto de una intervención anterior en la que también se efectuó un recorte del lienzo y la forración del mismo, realizados sin duda para dotar al cuadro de cierta luz, donde impera la total oscuridad.
 
Fotos del estado inicial
Al comenzar a efectuar las catas previas a la limpieza ya se detecta el gran amasijo de capas de grasa, aceites y viejos barnices que le han dado ese opaco y oscurísimo aspecto. Los repintes se resisten a las primeras actuaciones, con disoluciones jabonosas suaves, por lo que finalmente se actúa de una forma algo más contundente, con disolventes más activos en su eliminación, comprobando que la luz existe bajo esos burdos añadidos, pero también se aprecian los fuertes craquelados que, por efecto de la deshidratación y el envejecimiento de la capa pictórica, se han producido.

Foto superior, primera limpieza superficial. Inferior, eliminación de repinte y de la gruesa capa de barnices oxidados y aceites superpuestos.

Otras cosas van dejándonos entender de algún modo la historia de la obra, curiosidades que nos hablan de su pasado. Por una parte vemos bajo las superficiales capas de grasa algunas mínimas gotas de cera, fue probablemente un cuadro de devoción familiar y lo iluminaron de muy cerca con velas, además que denota la escasa limpieza que en los fondos ha tenido la pintura. Hubo por otra parte una muy mala praxis por el que intervino la obra con anterioridad, no solo por los repintes, eliminables al fin y al cabo, sino por su empeño en la limpieza de las figuras hasta llagar a barrer parte de la pintura, algo en absoluto reversible. A pesar de todo, cuanto mejor se nos presentan San José y el Niño una vez desprovistos de esos añadidos, y aun estamos a mitad de proceso para su recuperación.

En la foto superior se observa medio rostro de San José limpio. Bajo estas líneas ya se ha realizado la limpieza completa, aun sin hidratación de la capa pictórica.
Hemos hablado de dos piezas, la segunda es una imagen antigua de las denominadas de Olot, un Sagrado Corazón de Jesús entronizado. Aquí ya no podemos decir que tiene repintes, sería demasiado suave el término, la pobre obra ha sido sometida, aun con toda la buena voluntad del Mundo, a un enorme repintón con pintura plástica en cantidades casi industriales, convirtiendo esta modesta imagen en un auténtico “ninot” de falla.
¿Por qué se cometió tal tropelía? Quizás por no saber como limpiar las policromías, que nos aparecen muy sucias y oscuras bajo su nuevo revestimiento; o tal vez por algunas mínimas roturas que había que disimular, sin saber como tampoco. Esta pieza si nos llevará largo tiempo y paciencia, pero los resultados sabemos que satisfarán a su propietario, que casi daba por perdida una imagen a la que sentimentalmente le tenía afecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario